Mis cuentos favoritos. El libro dorado de los niños.

Este cuento ilustrado es un regalo para mí. Me habla de mi poder, de lugares donde buscarlo y no hallarlo verdaderamente y otros en los que sí.

Me encantan sus ilustraciones, me ayudan a conectar con la naturaleza, con la belleza sencilla y más sana para mí.

Su texto me habla de lo perdida que a veces estoy con las exigencias sociales (deberías ser esto, conseguir tal título, tal posición social, estudiar más, ser madre de tal manera...)

Me habla sobre el respeto hacia mi naturaleza, mis talentos propios por sencillos que aparentemente sean. Sobre no acelerar mis procesos, ni meterme prisa cuando mi ritmo es otro. Que en este preciso momento ya soy valiosa sin más.

Me susurra autorrespeto y desde ahí respeto a todo y todos los que me rodean. También que no hay que mendigar amor donde no te lo pueden o no te lo quieren dar y que si lo hago me agoto y me maltrato.

Me grita poder del de verdad, ese que va unido al amor y a la comprensión. Ese que irradia te quiero tal como eres y no el que dice te quiero si eres como quiero. Eso es manipulación no poder.

Me canta libertad, que no libertinaje. También educación desde el corazón, desde el cuerpo y desde la mente sana.

Me invita a la medicina de la paciencia, de la escucha atenta de mi voz interior. Desde ahí también aprendo a escuchar a mi alrededor.

A dar tiempo, espacio, buscar ayuda cuando la necesito. Dar permiso para sentir alegría, fuerza y también vulnerabilidad. Todo quitando juicios críticos y poco constructivos: que si esto bien, que si esto mal, que no se llora, que no te enfades...Todo eso a la papelera de reciclaje y listo.

Me recuerda que el juego y el espacio para el placer son importantes. Que es bueno ampliar la mirada a nuevas formas de pensar y no encapsularse en unas pocas.

Me inspira compasión hacia las heridas del masculino que tan arraigadas están tanto en mujeres y hombres. Esas que se han desencadenado detrás del: hay que ser fuertes, hay que ganar no se que cosa, hay que conseguir tanto de esto, hay que cazar más, hay que escalar a no se qué cima, hay que mostrarse imperturbable.

Que es recomendable decir stop cuando te hacen daño y también que si tú lo haces por diminuto que sea el ser no estás obrando desde el sano juicio. Siempre existe la posibilidad de cambio.

Me manda mensajes sabios hacia mi cuerpo cambiante. Que si una arruga aquí, una mancha acá, un pie que afloja su marcha...Respeto y comprensión, diferente expresión, menos apariencia y siempre más amor y conexión.

Me recuerda que mi tribu está aquí y que puedo recurrir a ella cuando lo precise para seguir renaciendo con más luz. Benditos familiares, amigos, terapeutas, profes de yoga, masajistas, animales... 

Gracias y lindo año 2025.